¿Mi vulva es normal?

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Los especialistas en la salud sexual y ginecológica aseguran que existe la misma cantidad de diversidad en vulvas que en tipos de cabellos o narices.

¿Mi vulva es normal?

Es muy (muy) común encontrarnos que muchas personas, principalmente mujeres, no han visto nunca sus genitales. Saben cómo son por clases de biología y lo que han ido tocado poco a poco; sin embargo, la ojeada que han visto se dan cuenta que hay algo raro o al menos diferente de los chochos que hay en el porno. 

Si bien es verdad que el tipo de vulvas que suelen aparecer en la pornografía (considerada como una de las principales fuentes de (mal)educación sexual en las nuevas generaciones) tienen un aspecto repetitivo y peculiar, la realidad es que las vulvas “normalitas” suelen ser diversas en formas, colores, olores y sabores. 

¿Existen distintos tipos de vulvas?

Sí, evidentemente. 

Es más, los especialistas en la salud sexual y ginecológica aseguran que existe la misma cantidad de diversidad en vulvas que en tipos de cabellos o narices. Aunque por norma general cada vulva posee los mismos tejidos y partes que la conforman, su diversidad puede variar, por ejemplo, en el tamaño o formas. 

Hay vulvas que tienen un capuchón más alargado, ocultando al clítoris y necesitando una estimulación más especializada. Basta con apartar suavemente el capuchón para gozar al máximo. Otras vulvas poseen unos labios externos muy largos, simulando una falda flamenca y logra adaptarse a cualquier estímulo y caricia posible. Existe también vulvas con los labios externos muy pegados al cuerpo, recomendándose usar distintos tipos de lubricantes para intensificar las sensaciones. E inclusive, puede haber la combinación en donde un labio externo parece más largo que el otro, formando una cobertura como pétalos de rosa. Otras vulvas cuentan con los labios internos expuestos o el clítoris, con un gran tamaño, que ganan predominancia sobre el resto de los órganos vulvares. 

¿Cuándo una vulva no es “normal”?

Por norma general, la normalidad es un término que científicamente se refiere a una norma estadística. Es decir que la anormalidad es aquello que está afuera de la campana de Gauss. Pero no por ello que sea raro, malo o insalubre. 

Sin embargo, en el ámbito médico se ha llegado a considerar que una vulva no es “normal” cuando alguna deformidad o alteración esté provocando malestar físico (como dolor o incomodidad) o emocional a la persona. Puede llegar a suceder que, por ejemplo, unos labios externos sean tan cortos que su estimulación llegue a lastimar causando vulvodinia (o dolor en la vulva). Es importante tener en cuenta que los labios internos largos no produce picazón ni molestias ni irritación, y en caso de sentir alguno de estos síntomas es momento de ir con la ginecóloga de cabecera. 

Descubre tu vulva y ama su diversidad.