Sí, hablemos sobre la flora vaginal

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Cuando vamos al ginecólogo o nos damos a la tarea de googlear sobre la flora vaginal, pueden surgir una larga lista de dudas. ¡Nosotros te las resolvemos!

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Sí, hablemos sobre la flora vaginal

 

Qué es. De qué se trata todo eso de los probióticos vaginales. Duchas vaginales. Candidiasis, vaginosis bacteriana, infecciones. Es más, quizá después de leer un poco al respecto puede que nos quedemos con una cara que simbolice la pregunta “¿Pero qué **** es todo esto…?”

Paso a paso, iremos revisando de qué se trata la flora vaginal y cómo influye incluso en tu estado de ánimo. En corto, la flora vaginal es una amalgama de bacterias (saludables) que viven en la vagina, las cuales pueden cambiar a lo largo de la vida en función de cambios hormonales, actividad sexual y unos que otros hábitos higiénicos.

 

¿Qué tiene que ver aquí el pH vaginal?

 

Estas bacterias saludables, como los Lactobacillus, protegen a la vagina de posibles enfermedades e infecciones; y lo hacen produciendo ácido láctico, peróxido hidrógeno y otras sustancias inhibidoras de organismos dañinos (como la Candidiasis). Sin embargo, cuando hay una infección vaginal, según el pionero de investigación médica y epidemiológica, Theobald Smith, se debe a un desequilibrio en la flora vaginal entre la presencia dominante de un virus microbiológico sobre el número de las defensas innatas del cuerpo.  

Esto se traduce en una alteración en el potencial de hidrógeno (pH); es decir, que la concentraciones de iones hidronio [H3O]+ ocasionan ciertas “desajustes” en el grado de acidez y de alcalinidad en la vagina. Y un pH alterado no puede proteger a la flora vaginal de posibles agentes que provocan infecciones.

Por ello es indispensable conocer los niveles de pH vaginal en cada periodo de la vida. De modo que, un pH neutro es cuando el pH es igual a 7.0; un pH ácido, cuando el pH es menor a 7.0 (y el nivel de acidez es excesiva); y un pH alcalino o básico es cuando el pH es mayor a 7.0 (y la acidez es paupérrima). En caso de tener un cuerpo en períodos cíclicos menstruales (es decir, edad fértil), lo ideal es que un pH sea neutral para así evitar alteraciones e infecciones de bacterias que sobrepoblen la zona vaginal y estén ocasionando síntomas incómodos y dolorosos.

 

¿Por qué se altera mi pH vaginal?

 

Como se ha mencionado con anterioridad, el pH vaginal y la flora vaginal se encuentran siempre en cambios constantes. Sin embargo, lo que puede ocasionar una alteración que afecte la salud íntima (es decir, que exista el riesgo de una infección como Candidiasis o Vaginosis) son factores como:

• Ropa súper apretada que no permita a la vulva ni a la vagina “respirar”. En el primer instante que al llevar este tipo de ropa, se sienta comezón incómoda: es el momento de dejar respirar al cuerpo.
• Duchas vaginales con jabones perfumados. Inclusive jabones o suavizantes de ropa con aditivos. Lo ideal son productos neutros, y pasarse agua tibia en la zona después de alguna práctica sexual o de alguna actividad que haya implicado sudoración.
• Mantener puestos los pantalones y ropa interior tras hacer ejercicios. El sudor aumenta la humedad y la incapacidad de la vulva y la vagina de “respirar”. Lo ideal es llegar a ducharse y cambiarse a ropa seca.
• Uso de anticonceptivos hormonales y altas dosis de estrés. También se ha relacionado el uso de dispositivos de higiene personal como compresas y tampones, al contener altas dosis de químicos tóxicos.
• Dolor crónico del suelo pélvico.

¿Soluciones?

 

Entre las primeras soluciones para enfrentar un pH alterado se encuentran:

1. Conocer tu cuerpo al coger un espejo de mano y observar detenidamente cómo es y qué se siente cada parte de la zona.
2. Identificar las sensaciones y los síntomas para poder compartirlos con el ginecólogo y especialista en la salud vaginal. Si es posible, adentrarse en el tema investigando sobre el pH vaginal.
3. Hacer cita con la ginecóloga o comadrona para conocer y comprender el diagnóstico. Se vale preguntar todas las dudas habidas y por haber al respecto.
4. Además del medicamento que se pueda recomendar, existe el apoyo natural de los probióticos vaginales. Son supositorios o pastillas que ayudan a mantener en equilibrio la presencia de los Lactobacillus y, con ello, un pH neutro.

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