Algunos médicos especialistas en ginecología ni siquiera tienen conocimiento de su existencia y sus impactos en la salud de la mujer. ¡Descúbrelo!
Poco se conoce sobre la vulvodinia. Es más, algunos médicos especialistas en ginecología ni siquiera tienen conocimiento de su existencia y sus impactos en la salud de un cuerpo con vulva. Muchos tan sólo recetan tomar un poco de vino, analgésicos, antidepresivos o terapia psicológica para aprender a relajarse. ¡Hasta cortar la parte de que le duele a la paciente!
Lo que se sabe actualmente es que se trata de un dolor y ardor intenso, latente y a veces incapacitante en la entrada de la vagina y zona vulvar. Hay ocasiones en que basta con estar sentada para sentir el dolor agobiante. En otras, el contacto durante el coito produce un dolor que puede ocasionar desmayo. Suele doler en diferentes áreas de la vulva y en momentos distintos; o puede doler de manera constante, intermitente y en un área específica de la vulva.
Y así durante más de tres meses, sin ninguna razón aparente: sin ninguna infección, trastorno de la piel ni problema médico. Sin embargo, se atribuye que una vulvodinia pudo tener un origen: una infección que al ser muy dolorosa o prolongada, ocasionó un break-down nervioso en el suelo pélvico aunque la infección haya desaparecido; una cirugía en el abdomen transversal –como una césarea o una vasectomia– cuya cicatricación afectó la musculatura pélvica; una reacción psicosomática relacionada con depresión, ansiedad, estrés crónico y, en ocasiones, abuso sexual.
No existen suficientes estudios científicos para encontrar la razón ni un tratamiento efectivo para la vulvodinia. Sin embargo, en los últimos años las fisioterapeutas especialistas en el suelo pélvico han hallado una solución viable y ajustable a cada una de las pacientes que sufren de vulvodinia.
Primero, regulan la capacidad vaginal ayudando a ampliar y restaurar la elasticidad del tejido con dilatadores vaginales; después, con un tratamiento adecuado, unas bolas chinas o Pelvic Balls y una serie de ejercicios para decontracturar la zona pélvica. Hay ocasiones en que es necesario incluso el uso de acupuntura.
Es verdad, la vulvodinia puede llegar a ser frustrante; sin embargo, con la información adecuada y una red de apoyo adecuada, es un proceso con una mejora significativa y con un increíble conocimiento de sí misma.
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