La rutina diaria que necesitas para el cuidado de la vulva

Tiempo de lectura: 2 minutos

Igual que nos cepillamos el pelo todos los días, cuidar de nuestra salud íntima es fácil e indispensable. ¿Quieres saber cómo? En Sensual Intim te damos una lista de consejos prácticos.

La rutina diaria que necesitas para el cuidado de la vulva

Cuando buscamos rutinas para el cuidado de la piel del rostro, manos y el resto del cuerpo podemos encontrar diversas productos, técnicas y consejos. Sin embargo, cuando se trata de la higiene de la vulva (y vagina), empieza a surgir una especie de neblina que obnubila nuestra vista y vuelve todo tan confuso. Nos encontramos con productos (francamente innecesarios y peligrosos) en el mercado y reseñas en internet que, en vez de informar sólo causan angustia.

Así como sabemos que para lavar nuestro rostro, necesitamos evitar el contacto del jabón con los ojos y la nariz (¡o meter jabón en la boca!) porque puede dañar o lastimar estas partes del cuerpo, es indispensable tener en cuenta esta serie de precauciones cuando se trata del cuidado de nuestra vulva. Por ello, en Sensual Intim hemos pensado en una lista de consejos prácticos y sencillos para el cuidado de la vulva.

¿Quieres saber cómo cuidar tu vulva? 

• Cuando empieces la rutina del cuidado de tu vulva, coge un espejo y obsérvala antes de limpiarla. Supongamos que se trata de lavar el rostro: una lo observa detenidamente antes, durante y después de enjabonarse y ponerse todos los productos de higiene y belleza. ¡Tienes que conocer tu vulva para saber cómo cuidarla!
• Para limpiar la vulva sólo basta agua caliente o tibia y jabón neutro. Nada de jabones o productos perfumados, tampoco blanqueadores vulvares o anales. Nada de productos con ingredientes químicos o tóxicos.
• Evita introducir productos de limpieza (como las duchas vaginales, jaboncito o productos perfumados) en la vagina, es decir en el huequito que hay entre el monte de Venus y el perinée. A no ser que se traten de productos de higiene como una Eureka!Cup, Pelvic Balls, esponjas menstruales e incluso juguetes sexuales (limpios y sanitizados), es mejor evitar introducirlos al cuerpo. La vagina tiene su propia flora y sabe cómo limpiarse por sí sola.

• La vulva (el monte de Venus, las glándulas de Skene y glándulas de Bartolini, clítoris, uretra, labios externos y labios internos, periné) sólo necesita un poco de agua para quitar la grasilla que se acumula entre sus pliegos, refrescar la zona y mantenerla limpia para prevenir posibles infecciones. Después, secar suavemente con una toalla. Recordemos que es como si laváramos nuestro rostro: no es necesario fregarse o friccionarse con la toalla.
• ¡La vulva necesita respirar! Así que después de hacer ejercicio o al llegar a casa, es recomendable quitarse la ropa interior y permitir que la vulva respire y se refresque al natural. Evitar mantener los leggings deportivos recién sudados, puede ayudar.
• De ser posible, elegir bragas 100 por ciento algodón. La piel en la zona genital es muy sensible y necesita respirar, por ello es recomendable utilizar ropa que permita estas funciones y pueda prevenir irritaciones en la vulva.

¡Y ya está! El cuidado de la vulva es realmente sencillo si nos atrevemos a conocerlo y a observarlo frecuentemente. ¡Es como si nos cepilláramos el cabello todos los días! Por ello, el primer paso para mantener una salud plena de la vulva (y la vagina) es conocerla.