Terapia sexual, ¿Cuál es el momento adecuado?

Tiempo de lectura: 5 minutos

Terapia sexual, ¿Cuál es el momento adecuado para buscar ayuda con referencia a nuestra sexualidad? ¿Qué circunstancias son las que nos indican que necesitamos ayuda profesional para poder encontrar una mejoría? Si tengo un problema relacionado con el sexo, ¿Me puedo recuperar?

 

NOTAS CLAVE:

• La terapia sexual es una herramienta para superar la insatisfacción y el malestar relacionados con la sexualidad.
• Algunas circunstancias apropiadas para buscar ayuda con un profesional son la pérdida del interés en la sexualidad o el dolor en la penetración.

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Terapia sexual, ¿Cuál es el momento adecuado?

 

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Las relaciones sexuales no son nada como lo que aparecen en las series de televisión o en las películas que podemos ver. En el sexo real existen emociones como la inseguridad o el sentirse extrañe por lo que está pasando, sudor, fluidos, risas, acné y cambios de posturas. No es nada idealizado ni una situación perfecta que todes nacemos sabiendo controlar. 

De hecho, existen muchas circunstancias por las que estas relaciones sexuales pueden resultarnos insatisfactorias, pueden hacernos sentir mal o pueden hacernos sentir incómodes en grados preocupantes. La terapia sexual puede servirnos como una herramienta para tratar de analizar qué está pasando ahí, de dónde viene la inconformidad y qué se puede hacer al respecto para lograr disfrutar de una sexualidad plena. 

Algunos de los momentos adecuados generales para acudir a terapia sexual son los siguientes:

• Insatisfacción con las relaciones sexuales.
• Malestar relacionado con la sexualidad.
• Falta de educación sexual.

 

 

 

Hablemos sobre la terapia sexual

 

Un aspecto fundamental de nuestra vida, en el caso de ser personas con interés en las relaciones sexuales, es cómo vivimos nuestra sexualidad y cuán satisfechas o insatisfechas son. 

Debemos tener muy presente que la sociedad ha creado toda una cultura hipersexualizada a nuestro alrededor, y cada día tenemos ideas más idealizadas de aquello que es o debería significar el sexo para nosotres. Además, por otro lado, existe una gran falta de educación sexual de forma generalizada, especialmente cuando hablamos de educación diversa y se incluye, por ejemplo, a personas con una orientación diferente a la heterosexual o a las personas trans.

¡Hablemos de la terapia sexual!

 

 

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Los objetivos de la terapia sexual

 

El primero de los objetivos de la terapia sexual es el de poder dar toda aquella información que no hemos podido obtener a lo largo de nuestra vida. Como mencionábamos en los párrafos anteriores, la educación sexual brilla por su ausencia, y cada día nos encontramos con más trabas para poder educar a nuestres niñes de una forma saludable y correcta en este tema. Las consecuencias directas de este problema educativo es tener que buscar información en medios no divulgativos e hipersexualizados, como puede ser el porno. 

En este sentido, algunos de los objetivos de la terapia sexual pueden resumirse como:

• Promover la educación sexual saludable y diversa.
• Eliminar las actitudes negativas y los prejuicios en relación al sexo.
• Maximizar la vivencia positiva, la satisfacción y la calidad de las relaciones sexuales.
• Promover el autoconocimiento, la autoimagen y la autoestima.
• Derribar mitos relacionados con la sexualidad.

 

Una de los principales objetivos de la terapia sexual es la maximización de la vivencia positiva de la sexualidad, así como el hecho de alcanzar el autoconocimiento y la satisfacción de las relaciones sexuales, sea o no en el contexto de pareja, puesto que esto también se puede –y se debe– alcanzar también en el contexto individual.

 

 

 

¿La terapia sexual mejora las habilidades en la cama?

 

La idea de que la terapia sexual puede mejorar las habilidades en la cama es algo muy extendido y que es falso. Lo que pretende la terapia sexual es conocer qué problema o situaciones están provocando las circunstancias de insatisfacción o malestar en relación a la sexualidad. 

De esta forma, la terapia sexual investiga, indaga y profundiza en todas aquellas circunstancias que están imposibilitando una sexualidad plena, y mediante técnicas, procedimientos y análisis con un fundamento científico, solucionar dichos obstáculos. Así, en una sesión terapéutica relacionada con la sexualidad podemos encontrar preguntas acerca de:

• Las relaciones presentes y pasadas de la persona, tanto en el plano emocional como sexual.
• Biografía de la persona.
• Circunstancias personales alrededor del momento en el que surgieron las dificultades.

 

De esta forma, se localiza el problema que nos está dificultando el desarrollo y la experiencia sexual. No obstante, no se trata de mejorar las habilidades sexuales. 

De hecho, algo que pretende la terapia sexual, dentro del apartado que podemos entender como educación sexual, es tratar de modificar esa hipersexualización que promueve nuestra sociedad. En esta línea, debemos comenzar a prestar atención no al número de relaciones que mantenemos, sino a la calidad y a la satisfacción que éstas nos dan.

 

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Algunos ejemplos de situaciones concretas que nos conducen a la ayuda profesional

 

Ahora que conocemos cuáles son los objetivos de la terapia sexual, probablemente puedas estar preguntándote acerca de aquellas circunstancias concretas por las que una persona podría estar necesitando la ayuda profesional de un terapeuta especializado en Sexología. 

Las situaciones que pueden llevar a una persona a la consulta de una sexóloga son muy numerosas, como ya habrás podido observar. El número de circunstancias que pueden hacer que la vida sexual de una persona esté insatisfecha o pueda provocar malestar son infinitas, y pueden pasar desde motivos emocionales relacionados con el estrés o con la ansiedad, hasta disfunciones sexuales que provoquen malestar en la persona.

No obstante, existen determinadas situaciones que se repiten con más frecuencia y que pueden estar indicando que necesitamos la ayuda de una profesional. Algunas de estas situaciones pueden ser:

• Problemas relacionados con la eyaculación precoz.
• La incapacidad para alcanzar el orgasmo y la insatisfacción que esto provoca.
• La monotonía o desinterés sexual dentro del contexto de pareja.
• Relaciones sexuales dolorosas.

 

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